El espejo del Centenario. Ciudadanía, nación y fronteras entre lo público y lo privado (1910-1930)

Autor: 
Caetano, Gerardo

El "Libro del Centenario".

De toda esa muy vasta literatura que acompañó los fastos del Centenario, quizás no haya ejemplo más cabal que el del famosísimo "Libro del Centenario del Uruguay", síntesis apretada y emblemática de la difusión y el arraigo de ese "anclaje" imaginario de los uruguayos de la época. Esta publicación de 1.096 páginas, que salió a la venta el 25 de agosto de 1925 -lo cual significaba una inocultable toma de partido en la polémica político-historiográfica por la fecha del Centenario-, fue editada por la "Agencia de Publicidad Capurro y Cía", aunque contando con carácter oficial por decreto del Consejo Nacional de Administración de fecha 18 de abril de 1923. Los originales del texto, además, habían sido sometidos previamente al contralor del Ministerio de Instrucción Pública, cumpliendo así en plenitud los requisitos para su reconocimiento como documento oficial. El director de la publicación fue el escritor Perfecto López Campaña y su administrador el señor Raúl Castells Carafí, que cumplían esas mismas funciones en el ya famoso semanario "Mundo Uruguayo". Entre los redactores de las distintas secciones del texto figuraron numerosas personalidades de las más diversas filiaciones.28

Ya en el comienzo mismo del voluminoso libro, al explicitar el "propósito" de la obra, se pusieron de manifiesto algunas ideas centrales que revelaban aquella síntesis de identidad. Desde una nítida filosofía iluminista y un culto marcado por la noción de progreso, se establecía que el principal objetivo del trabajo era "compendiar la marcha victoriosa del país y el desenvolvimiento de su riqueza pública y privada, a través de las vicisitudes que venció nuestra nacionalidad para consolidar el imperio de sus instituciones democráticas y liberales, de los quebrantos (...) y factores extraños que intervienen como obstáculos al libre y normal desarrollo de sus energías creadoras y de su vitalidad prodigiosa".29

De inmediato se pasaban a reseñar los distintos factores que hacían de aquella "tierra de promisión" un "lugar excepcional" en el mundo y fundamentalmente en el continente americano. "Ningún pueblo de América Latina (...) realizó, en el limitado espacio de una centuria, tales progresos y adelantos (...), con la fertilidad sorprendente de su suelo, la variada riqueza de su territorio y la clara visión de sus hijos sobre el destino reservado a nuestra nacionalidad".30

Si ello había sido posible en "un país joven como el nuestro", en primer lugar se debía a "la capacidad progresiva de su ambiente abierto a todas las tendencias renovadoras, (...) a todas las nobles expresiones del pensamiento humano". El cosmopolitismo y la apertura al "afuera" eran signos de identidad pero también garantías de un futuro venturoso. "Tierra de realización y de progreso (...) es el Uruguay, cuyo porvenir es inmensamente grande y auspicioso. Con amplias costas al océano Atlántico (...), está en contacto permanente con todas las naciones civilizadas del mundo, recibe de ellas la influencia renovadora del pensamiento y de la cultura universal y marcha con ritmo palpitante de pueblo joven ...".31

La proyección "benéfica" de las influencias externas se veía potenciada además por la "modestia" del legado colonial y, sobre todo, por la "inexistencia" (una vez más) de una cultura indígena que opusiera "resistencias" a la "civilización". Luego de destacar que en el Uruguay no había ese "atavismo secular de razas y religiones que tan serios problemas provoca en otros países", el director de la publicación no ocultaba su orgullo al establecer que éramos "la única nación de América que puede hacer la afirmación categórica de que dentro de sus límites territoriales no contiene un solo núcleo que recuerde su población aborígen".32  A ello se sumaba también el señalamiento reiterado de la debilidad de la presencia social y cultural de los negros, de quienes por otra parte se decía que habían "sufrido, por el clima, circunstancias de medio ambiente, y por mezcla de la sangre europea, modificaciones fundamentales."33

Al referirse a la situación del idioma nacional, los autores destacaban que el Uruguay era "en la América, el único país que puede hacer esta afirmación rotunda en lo que se refiere a la unidad del idioma de adaptación", lo que sin embargo no excluía la bienvenida presencia de "los demás idiomas universales, ("el italiano, el francés, el portugués, el inglés y el alemán", de acuerdo al orden de la reseña que figuraba en otra parte del texto) en las relaciones de sus habitantes...".

"Los neologismos y americanismos -se culminaba en esta sección del texto- son muy frecuentes en las expresiones vulgares de la población del país, pero ellos no rompen la unidad del idioma adoptado oficialmente, cuya pureza trata de mantenerse a través de los diversos centros de cultura esparcidos de uno a otro extremo del territorio nacional. No hay dialectos o parcialidades diferenciales de idioma por zonas, dada la propia unidad política del Uruguay, su pequeña extensión territorial, su origen como expresión absoluta del dominio y conquista de una sola raza y el carácter etnológico uniforme de su población." 34

El prisma del "idioma oficial" permitía así registrar en toda su hondura los múltiples significados de la apuesta integradora y de sus claves uniformizantes. Una sólida matriz institucionalista y estatalista inspiraba este auténtico "manifiesto" oficial. La identidad del país aparecía de continuo asociada con "la obra integral de su legislación avanzada y de sus instituciones republicanas", mientras que la referencia central del Estado volvía a estar en la base de casi todos los temas y se constituía en uno de los principios ordenadores de toda la obra.

Citemos sólo dos ejemplos sobre este último particular. En su sección correspondiente, el Banco de la República era descrito como "el tipo de Banco de Estado perfecto y el que obedece a un concepto de unidad más completo, (...) (habiendo pasado) de la heterogeneidad de conceptos y opiniones a que debió su origen, a la homogeneidad de su constitución actual...." 35 Mientras tanto, en el apartado correspondiente al tema de la enseñanza, se hacía especial mención de que "el prestigio de la enseñanza gratuita brindada por el Estado, la bondad de los programas de estudio adoptados por las escuelas oficiales (...) se vinculaban al interés público y el pueblo respondía al esfuerzo realizado por las autoridades escolares de la época, para instruir a la niñez". El informe concluía destacando con orgullo que "las escuelas privadas que en 1872 (igualaban) casi a las escuelas públicas disminuyen año tras año..."36

Warning: Table './f18112011_drupal/watchdog' is marked as crashed and last (automatic?) repair failed query: INSERT INTO watchdog (uid, type, message, variables, severity, link, location, referer, hostname, timestamp) VALUES (0, 'php', '%message in %file on line %line.', 'a:4:{s:6:\"%error\";s:12:\"user warning\";s:8:\"%message\";s:315:\"Table './f18112011_drupal/sessions' is marked as crashed and last (automatic?) repair failed\nquery: UPDATE sessions SET uid = 0, cache = 0, hostname = '34.204.181.19', session = 'textsize|s:2:\\"75\\";', timestamp = 1710837320 WHERE sid = 'v7r7mu18k1h5e1nj2tlkc1npa1'\";s:5:\"%file\";s:65:\"/var/www/vhosts/1811-2011.edu.uy/httpdocs/B1/includes/session.inc\";s:5:\"%line\";i:69;}', 3, '', 'http://www.1811-2011.edu.uy/B1/content/el-espejo-del-centenario-ciudadan%C3 in /var/www/vhosts/1811-2011.edu.uy/httpdocs/B1/includes/database.mysqli.inc on line 134