Índice
- El espejo del Centenario. Ciudadanía, nación y fronteras entre lo público y lo privado (1910-1930)
- I) De lo público a lo privado: límites, primacías y tensiones.
- II) El "<abbr title="segun castellanos: designacion dada con motivo del primer centanario de la declaratoria de nuestra independencia de 25 de agosto de 1925."><a class="Glosario" href="/B1/glossary/7/letterc#term448">Centenario</a></abbr>" y el nacimiento de una "sociedad hiperintegrada".
- Página 4
- Página 5
- Página 6
- III) "Espejos públicos" para la vida privada.
- Página 8
- Página 9
- Página 10
- Página 11
- Página 12
- Página 13
- Página 14
I) De lo público a lo privado: límites, primacías, tensiones.
Como han estudiado innumerables autores contemporáneos6, la construcción y consolidación de la forma Estado-nación no deriva de la culminación de un proceso evolutivo previsible, ni tampoco de la implantación exitosa de fórmulas universales, disponibles de modo trivial. Por el contrario, esos procesos se vinculan mucho más fuertemente "con la reproducción renovada de aquellas razones por las que un pueblo se mantiene unido bajo la forma institucionalizada de una asociación política", con la acumulación de "complejos (...) aprendizajes, de elaboraciones tentativas y controversiales de articulaciones institucionales, de referentes narrativos, de esquemas de solidaridades responsables y controlables". Como lo prueba ampliamente la historia universal contemporánea, no todas las sociedades devienen o están "condenadas" a convertirse en naciones o en ciudadanías, "con independencia del grado de acierto y desacierto de sus orientaciones y arreglos institucionales, de la pertinencia mayor o menor con que construyan sus ejes de retenciones y de anticipaciones, sus criterios de selección y apoyo a emprendimientos de largo alcance, sus esquemas de reclutamiento de lealtades".7
Aunque no siempre aparecen articuladas y en ciertos casos resulta hasta conveniente estudiarlas por separado, a menudo las concepciones de nación y ciudadanía -y el caso uruguayo, como veremos, representa un ejemplo paradigmático en esa dirección- se configuran en procesos muy interconectados, con proyecciones y alcances en gran medida convergentes. Desde esas ideas de nación y ciudadanía se intenta dar respuesta a una serie de "asuntos" que definen todo modelo de asociación política: además de la delimitación de lo público y lo privado, también se ocupan -directa o indirectamente- de las formas de establecimiento de ideales morales con pretensiones hegemónicas; de las vías de acumulación de tradiciones, de lealtades y de recursos de cultura política; de cómo convocar a interlocuciones colectivas e individuales competentes y responsables; de cómo atender la resolución de las asimetrías sociales y culturales o de cómo construir la noción de un "pacto social renovado y revisable"; entre otros.
Si como ha sido estudiado en forma profusa, la nación y la ciudadanía pueden ser también percibidas en su dimensión de "espacios íntimos" o "relaciones privadas" 8 , ello es así entre otras cosas porque esos "constructos" institucionales y culturales se encargan de proponer una combinatoria posible entre "lo general" y "lo particular", entre "lo parecido" o "común" y "lo diferente", entre "lo colectivo" y "lo individual". En más de un sentido, aún con restricciones, esas polaridades se asocian en forma directa con la díada público-privado, contribuyendo a especificar algunos de sus alcances y proyecciones. De ese modo, las formas de la vida privada también dependen mucho de cómo se combina en una sociedad determinada las nociones de igualdad y particularismo, de cómo se concilian o se oponen la esfera pública con los "nudos de vida particulares" de las personas o comunidades, de las exigencias establecidas ante las filiaciones y experiencias originarias y particulares para la adopción de "un punto de vista general".9
En suma, las regiones de la vida privada también cuentan con sus "espejos públicos". La intersección y las múltiples interrelaciones entre ambas esferas producen influencias y condicionamientos recíprocos de diversa índole, los que resultan especialmente significativos cuando por distintos motivos una sociedad vive un período de configuración originaria o de consolidación de sus "estilos culturales" y de sus "referentes y relatos institucionales" más perdurables. Como veremos, las dos décadas del Centenario (1910-1930) constituyeron un período con esas características singulares en la historia de la sociedad uruguaya, resultando de esa manera una encrucijada muy propicia para explorar e investigar los temas antes reseñados. 10