Índice
- Empresariado industrial y construcción de la Nación (1875/1900)
- La formación del empresariado industrial
- Los caminos de la temprana industrialización
- La temprana industrialización
- Fuentes y bibliografía: Algunas sugerencias para consultar
Desde mediados del siglo XIX, Europa registró uno de los movimientos migratorios más intensos de la humanidad: entre 1840 y 1880, unos 13 millones de europeos abandonaron el continente; y otro tanto entre 1880 y 1900, hasta alcanzar los 20 millones en las dos décadas finales de la centuria. Brasil y el Plata, Estados Unidos y Australia, fueron los principales destinos. Muchos llegaban pensando en “hacer la América” y retornar. Quienes aceptaron estas tierras como su “segunda patria”, concurrieron al desarrollo de la agricultura (jornaleros, chacareros y algunos estancieros), la industria (obreros e industriales), la educación, las artes y las letras. Los aportes de estos extranjeros se reconocen en distintas manifestaciones de la cultura: el lenguaje, la gastronomía, los valores sociales, entre otras.

El crecimiento del sector redundó en el fortalecimiento de su empresariado, apreciable en el incremento de sus componentes y en un redimensionamiento de las inversiones. En las décadas siguientes se registra un proceso de concentración de capitales, tanto por la vía de la fusión y asociación de empresas, como por la constitución de sociedades de capital. Así, en el último cuarto del XIX, un núcleo de establecimientos fue transitando de la estructura sencilla de los talleres a la organización más compleja de la empresa fabril. A excepción de saladeros y frigoríficos (que se instalan a inicios del siglo XX), la producción de talleres y fábricas estaba destinada al mercado interno y correspondía a alimentos, bebidas, vestimenta, calzado, y mobiliario, principalmente.